Brujos


Al norte de Magyan, en la gran ciudad de Andhal, vivió y prosperó una raza muy poderosa que era conocida en todo el continente no sólo por la magia que eran capaces de realizar, sino también por el ansia de conocimiento que les había llevado a investigar nuevos medios de hacer la vida del ser humano más sencilla.
Imagen relacionadaLos brujos de Andhal se dividieron en dos grupos: los servidores de Bithali y los servidores de Sonya. Aquellos brujos que honraban a la diosa oscura erigieron una escuela en la que poder aprender los secretos de la magia más oscura y sus experimentos fueron tachados de sacrílegos por el resto de los brujos. Sin embargo, poco podían hacer más que restringir el uso de aquel tipo de magia en público y, mientras tanto, los brujos oscuros siguieron cazando y sacrificando humanos en pos de lo que ellos llamaban "evolución".

Por su parte, los brujos de Sonya crecían considerando que cada vida era un regalo y debía ser protegida. Quizás por eso, la escuela de estos brujos se especializó en magia curativa y defensiva que era puesta al alcance de todos aquellos, brujos o no, que precisasen de su inestimable ayuda. Por otro lado, esta escuela muy pronto se convirtió en un lugar donde los jóvenes y ambiciosos brujos podían llevar a cabo investigaciones con las que mejorar el mundo y la vida de los que en él vivían.

Indiferentemente del grupo al que perteneciesen, los brujos y sus descendientes poseían una serie de rasgos que los diferenciaban del resto. El rasgo más llamativo de los brujos era el color anaranjado de sus ojos que, entre otras cosas, revelaba su pertenencia a una familia pura, es decir, en la que no había habido mezcla con humanos, ya que en ese caso el naranja de los ojos tendía a diluirse. Otro de los rasgos físicos comunes entre los brujos era su gran altura, algo que se apreciaba incluso entre las mujeres de esta raza. Por último, el resplandor mágico que iluminaba la piel de un brujo era también un rasgo inequívoco de su ascendencia, aunque este rasgo era difícilmente apreciable a simple vista debido a los ropajes que solían vestir: pantalones, túnicas o camisas de manga larga y una capa. El color de sus ropas también era significativo ya que los brujos de Bithali solían vestir prendas de color rojo y blanco, mientras que los sirvientes de Sonya preferían los marrones y negros.


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